Reducción de tipos
La decisión sobre el nuevo nivel de los tipos de interés, que entró en vigor el 10 de diciembre, supuso un recorte de 25 puntos básicos. El nuevo rango objetivo se sitúa ahora entre el 3,5% y el 3,75%. Esta medida cumplió las expectativas fijadas por el CME Group; sin embargo, fue un recorte de los denominados "hawkish" (de línea dura), lo que indica una considerable cautela respecto a futuras decisiones. Jerome Powell, presidente de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos, comentó como de costumbre: “El comité monetario está bien posicionado para esperar y monitorear los desarrollos económicos.” Con esta declaración, Powell envió una clara señal a los inversionistas de que la Fed actualmente no ve razones para una serie de recortes adicionales sin una clara justificación relacionada con la inflación o el mercado laboral.
Por qué la Reserva Federal de Estados Unidos no está preparada para una serie de recortes adicionales sin una clara justificación relacionada con la inflación o el mercado laboral.
Un FOMC dividido
La votación en sí reveló una de las divisiones más profundas de los últimos años – la división de voto 9:3 se produjo por última vez en 2019. Stephen Miran pidió un recorte más agresivo de medio punto porcentual, mientras que Jeffrey Schmid y Austan Goolsbee se opusieron a cualquier cambio en las tasas. En última instancia, esto refleja señales desiguales de la economía. La inflación ha disminuido, pero el mercado laboral se está enfriando gradualmente, y los prolongados cierres gubernamentales han creado notables lagunas en los datos macroeconómicos comunicados.
¿Qué nos espera?
Además de la orientación verbal de Powell’la Fed también publicó una proyección oficial actualizada de la evolución futura de los tipos de interés, lo que atenuó significativamente el optimismo de los inversores. De cara al futuro, sólo se espera un recorte de tipos para cada uno de los años 2026 y 2027, seguido de una estabilización en torno al nivel del 3%. Tal y como indicaba la información anterior, la Fed no está actualmente unificada, ya que siete miembros del comité afirman que no esperan una mayor relajación en 2026. Los inversores pueden llevarse un mensaje claro – es poco probable que vuelvan pronto los bajos tipos de interés típicos de la era prepandémica.
Reanudación de las compras del Tesoro
Un elemento destacable de la reunión fue el anuncio de que la Fed reanudará las compras de títulos del Tesoro estadounidense. Esta operación no es la clásica expansión cuantitativa, sino una respuesta a los crecientes problemas de financiación bancaria a corto plazo. El banco central empezará comprando bonos del Tesoro por valor de 40.000 millones de dólares. Se espera que este ritmo se mantenga durante varios meses hasta que se logre una reducción significativa.
Macroeconomía
En cuanto a las estimaciones macroeconómicas, las nuevas proyecciones de la Fed prevén un crecimiento del PIB del 2,3% para 2026, un aumento en comparación con la proyección de septiembre del 1,8%. Esto sugiere que la economía estadounidense mantiene un impulso relativamente fuerte a pesar de las condiciones restrictivas. Por otra parte, la Fed reconoce abiertamente que la inflación avanzará muy lentamente hacia su objetivo del 2%. Las proyecciones indican que un verdadero entorno de inflación del 2% podría no surgir antes de 2028. [1]
La era post-Powell
Finalmente, Jerome Powell se acerca al final de su mandato, con solo tres reuniones restantes. El presidente Donald Trump ha anunciado que el próximo presidente de la Fed será evaluado en función de su preferencia por tipos de interés más bajos—lo que podría llevar a un cambio drástico de la política monetaria en 2026. Según los mercados, el candidato más probable es Kevin Hassett, seguido de Kevin Warsh y Christopher Waller. En consecuencia, los mercados deben tener en cuenta no sólo las perspectivas económicas, sino también la presión política que podría impulsar la política monetaria hacia una flexibilización más rápida. [2]
[1,2] Las declaraciones prospectivas se basan en suposiciones y expectativas actuales que pueden ser inexactas o basarse en el entorno económico actual, que puede cambiar. Estas afirmaciones no garantizan resultados futuros. Implican riesgos e incertidumbres difíciles de predecir. Los resultados reales pueden diferir materialmente de los expresados o implícitos en cualquier declaración a futuro.