Voyager llega a Wall Street con un acuerdo con la NASA para la ISS

Crecer de start-up a actor clave en el sector de la defensa y el espacio en 5 años es un proceso que la mayoría de las empresas tecnológicas ni siquiera han soñado. Voyager Technologies, una empresa fundada en 2019 en Denver, lo ha conseguido, y su debut en bolsa lo ha confirmado claramente. El precio inicial de las acciones se fijó en 31 dólares, pero el mercado demostró de inmediato que estaba mucho más interesado en la empresa. El precio de la acción subió hasta los 70 dólares poco después de salir a bolsa, lo que supone un incremento del 125%.* ¿Oportunidad de inversión del año?

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La evolución de la cotización de las acciones de Voyager Technologies desde la salida a bolsa de la empresa. Fuente: Nasdaq

Ambiciones espaciales con sólidos cimientos

La especialización principal de Voyager se extiende a las tecnologías espaciales avanzadas y los sistemas científicos, impulsando misiones comerciales y gubernamentales desde la órbita terrestre baja hasta el espacio profundo. Actualmente, el proyecto más importante es el desarrollo de la estación espacial Starlab, que por un lado puede parecer un paso demasiado audaz, pero la subvención de 217,5 millones de dólares de la NASA refleja la seriedad de estas ambiciones. Además, la cooperación con la NASA se complementa con otros nombres famosos, como Airbus, Mitsubishi y Palantir. Por último, pero no por ello menos importante, cabe destacar el contrato con Lockheed Martin, en virtud del cual la empresa suministra sistemas de guiado para un proyecto de defensa destinado a proteger a Estados Unidos de amenazas balísticas. En definitiva, gracias a estas colaboraciones, Voyager tiene hoy sobre la mesa una cartera de contratos a largo plazo por valor de casi 180 millones de dólares. [1]

Momento ideal, sector ideal

En cuanto al momento de su salida a bolsa, Voyager no podía haber elegido un momento mejor. En Estados Unidos se ha reabierto el debate sobre el escudo antimisiles Golden Dome, que la administración de Donald Trump planea apoyar con 175.000 millones de dólares. Si este proyecto se llevara a cabo definitivamente, es incuestionable la necesidad de utilizar las tecnologías desarrolladas por Voyager, lo que potencialmente se traduce en una fuente adicional de ingresos. Al mismo tiempo, el espacio deja de ser dominio exclusivo de los Estados. Como señaló Rob Desborough, de Seraphim Space Investment Trust, el fondo de inversión que invirtió en Voyager: "La OPV de Voyager es un hito que muestra la maduración de todo el sector". A modo de comparación, Karman, una empresa que opera en el mismo campo, tuvo un éxito similar de cotización en bolsa, lo que demuestra que la era comercial de la industria espacial no ha hecho más que empezar, y los inversores pueden formar parte de ella. [2]

Los inversores se sienten atraídos por la estabilidad y el potencial de futuro

No es de extrañar que entre los inversores preliminares, además de Seraphim Space, figuraran fondos como Janus Henderson y Wellington Management, que juntos manifestaron su interés por una inversión de 60 millones de dólares. Es importante que un inversor ordinario se dé cuenta de que este tipo de fondos no puede apostar al azar, por lo que antes de depositar fondos se lleva a cabo un análisis exhaustivo de todos los parámetros financieros esenciales de la empresa. Sobre esta base, puede concluirse que la combinación de ingeniería de vanguardia, contratos a largo plazo y apoyo gubernamental hace de Voyager un objetivo de inversión excepcional. [3]

* Los resultados pasados no garantizan los resultados futuros.

[1,2,3] Las declaraciones prospectivas se basan en suposiciones y expectativas actuales, que pueden ser inexactas, o en el entorno económico actual, que está sujeto a cambios. Estas afirmaciones no garantizan resultados futuros. Implican riesgos y otras incertidumbres difíciles de predecir. Los resultados podrían diferir materialmente de los expresados o implícitos en cualquier declaración prospectiva.

Previsión.

Este texto es una comunicación de marketing. No se trata de ningún tipo de asesoramiento o prospección de inversión ni de una oferta de transacción de ningún instrumento financiero. El contenido del texto no tiene en cuenta las circunstancias individuales, la experiencia o la situación financiera del lector. Eficacias pasadas no son garantía ni predicción de resultados futuros.

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