¿Por qué ahora?
El motor actual de la cotización del oro es una combinación de varios factores clave: el temor a una recesión, las tensiones políticas y el debilitamiento del dólar estadounidense. Como consecuencia, los inversores tratan de minimizar la posible volatilidad del valor de sus carteras, lo que también confirman los principales bancos de inversión Goldman Sachs y UBS. UBS estima que la demanda total de oro este año debería alcanzar las 830 toneladas métricas, casi el doble de la previsión inicial a principios de año. Los datos de la encuesta del Consejo Mundial del Oro revelan el potencial de aumento de las reservas de oro entre el 95% de los bancos centrales participantes, principalmente en los países de mercados emergentes que buscan protección frente a los riesgos monetarios y geopolíticos.
Situación política
No hace mucho escribí sobre la superación del umbral de los 3.000 dólares, debido principalmente a los cambios en la política aduanera de Donald Trump, y aquí estamos de nuevo con un nuevo máximo histórico -de nuevo en parte debido a este riesgo-. Aunque Trump declaró en agosto que los cambios en las tasas arancelarias no se aplicarían directamente al oro, la interrupción general de la cadena de suministro mundial animó aún más a los inversores a comprar oro como cobertura.
¿Mantener, vender o comprar?
Tras superar el nivel de los 4.000 dólares por onza, Bank of America elevó su previsión del precio del oro para 2026 hasta los 5.000 dólares. Goldman Sachs ajustó su estimación cerca de este nivel, estableciendo una predicción ligeramente inferior de 4.900 USD por onza para diciembre del próximo año. Aunque la subida del oro es extrema, teniendo en cuenta los factores mencionados anteriormente -como los esfuerzos de China hacia la desdolarización y la preocupación de los inversores por los riesgos geopolíticos- es probable que sigan siendo los principales impulsores del crecimiento del precio del oro. Si persisten, el oro podría superar el umbral de los 5.000 dólares incluso antes de lo que prevén los bancos. Una cosa es cierta: no es cuestión de si el oro superará este hito histórico, sino de cuándo lo hará, porque es sólo cuestión de tiempo. [1]
Con precaución ante todo...
La euforia resultante del rally alcista del oro puede tentar a algunos inversores y operadores a comprar sin una planificación más detallada, pero este enfoque conlleva un riesgo exponencialmente mayor a largo plazo. Una estrategia más razonable consiste en analizar la situación objetivamente y evaluar todos los escenarios posibles. Los factores fundamentales siguen favoreciendo las perspectivas de crecimiento, pero comprar a los actuales niveles récord de precios reduce significativamente la relación riesgo-recompensa. Es más prudente esperar a una posible corrección (algo similar a comprar durante las rebajas, cuando podemos comprar a mejor precio).
Diferentes enfoques para comprar
Además de calcular el momento de entrada en el mercado, una de las estrategias más populares es la compra periódica -gradual y a largo plazo-. Se recomienda hacerlo aproximadamente una vez al mes. La ventaja es que no hay necesidad de vigilar el precio actual, ya que el objetivo principal es la protección de los activos financieros frente a la inflación.
Presión sobre la industria joyera
No todo el mundo está contento con la subida del precio del oro. Mientras los inversores celebran la alta revalorización de sus inversiones, los joyeros están preocupados. Los constantes aumentos de precio elevan drásticamente los costes de producción y reducen los márgenes de beneficio. Empresas como Mejuri, Pandora y Signet Jewelers se están viendo obligadas por este rápido ritmo a subir los precios o buscar nuevos materiales. Por ejemplo, Mejuri, joyero conocido por vender joyas de lujo a precios más asequibles, anunció amplias innovaciones de producto para mantener el equilibrio entre precio y calidad. Por otro lado, Pandora, en su informe financiero del segundo trimestre, admitió un descenso del margen de 80 puntos básicos.
*El rendimiento pasado no es garantía de resultados futuros.
[1] Las declaraciones prospectivas se basan en suposiciones y expectativas actuales, que pueden ser inexactas o estar influidas por cambios en el entorno económico actual. Tales afirmaciones no constituyen garantías de resultados futuros. Implican riesgos y otras incertidumbres difíciles de predecir. Los resultados reales pueden diferir materialmente de los expresados o implícitos en cualquier declaración prospectiva.
Declaraciones prospectivas.